Los 80
La década de los 80 fue de una productividad extraordinaria.
Se sucedieron los viajes, los diferentes trabajos temporales, las intensas relaciones sociales, los diferentes cambios de hogar, todo ello dio sus frutos, se materializó en una extensa producción que comprendió desde óleos y acrílicos de grandes y pequeños formatos, hasta la personalización de mi vestuario mediante pinturas plasmadas en él, pasando por la edición de la revista fanzine VÍPERA, ilustraciones para diferentes medios y empresas, pinturas murales y decoraciones efímeras para locales de ocio nocturno, grafitis en las calles madrileñas, acuarelas y libros de viaje, libros de artista, pequeñas esculturas, apuntes y notas en cuadernos, cuentos, retratos, grabados, litografías, fotografías…, toda esa actividad artística constituyó la mejor de las terapias.
Desafortunadamente fue una época en la que producía incansablemente pero poco documentaba. Un ejemplo de ello son los grafitis de las hormigas en las calles madrileñas, las únicas fotografías que conservo son de un día que salí a fotografiarlas para que formasen parte de un proyecto artístico que presenté para un concurso de arte joven.
Pero ¿cómo iba a recibir alguna ayuda institucional haciéndome responsable de los grafitis que adornaban paramentos, fachadas, suelos y monumentos y siendo el editor de VÍPERA, una revista de formato mínimo y contenido explosivo?
Muchas de las pinturas las dejé en depósito y nunca más las he vuelto a ver, de algunas conservo las fotografías, de otras ni eso. Pasaron los años y me iba encontrando con amigos y conocidos, me contaban que tienen acuarelas y grabados míos que ya había olvidado.
Por ello muestro una muestra de las pinturas que realicé en aquella fértil década.